VUÉLVETE A DIOS BORINCANO (Carta de Dios a Puerto Rico) Amado hijo Borincano:
Podrás tener hermosas playas, que bailan entre palmeras.
Podrás gozar de sus montañas que se escapan de los llanos.
Tu fauna será envidiable, tus flores y mariposas.
Tu gallo se oirá de día… tu coquí cuando oscurece.
Y con orgullo dirás: ¡Esta es mi tierra, mi hermano!
Pero hoy yo te pregunto: ¿Dónde está tu Dios, borincano?
¿Aquél que allí te sembró? El que tu tierra formó.
Que regaló al mundo entero una valiosa perla, ¡Y Puerto Rico la llamó!
¡Vuélvete a Dios, borincano! Deja atrás los prejuicios, las envidias, los rencores, las disputas y los celos; ¿No ves que son hermanos? ¡No la afees ni destruyas más, con vicios, crímenes, abusos y maltratos; ¿A dónde van a llegar? Lo que Yo con tanto amor, para ti, he sembrado.
Pero aún hay gente buena y noble en mi Puerto Rico amado, que están en pie como el flamboyán y el roble; Pues aún levantan sus dos manos y expresan así su oración:
“Oh Dios, permite que a Ti se vuelva, aquél que dice ser mi hermano, que te dé, por entero, su herido corazón.” Por eso, Yo Dios, te digo en esta hora, ¡Vuélvete a Mi, borincano!
Tu Amado Padre Celestial
Sarita Rodríguez
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