CUANDO PIENSO
EN EL DOLOR
QUE HE TENIDO
QUE VIVIR…
CUANDO PIENSO
EN LAS HERIDAS
QUE HE TENIDO
QUE SUFRIR…
ALZO MIS OJOS
AL CIELO Y ME
DIGO UNA
Y OTRA VEZ:
¡ALLÍ VIVE
Y ESTÁ CONMIGO;
EL DIOS QUE
TODO LO VE!
CUANDO EL MALO
EN SU EMPEÑO
ME RECUERDE
EL DOLOR
QUE RASGÓ
MI CORAZÓN…
Y ME SUSURRE
AL OÍDO;
QUE NO AME,
QUE NO PERDONE,
QUE NO SIENTA
COMPASIÓN…
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LEVANTO MI
CLAMOR CON FE,
¡AL DIOS QUE
TODO LO VE!
Y SI VIENE EL
DESALIENTO,
DUDA, TEMOR ,
FATIGA O ENFERMEDAD;
CUANDO YA
NI FUERZAS TENGA,
FÍSICA O ESPIRITUAL
PARA PODER AVANZAR…
Y SIENTA EL RECHAZO
DE OTROS,
INDIFERENCIA O
CRUELDAD…
MIRARÉ A LO ALTO
Y MI ALMA GRITARÁ;
¡ALLÁ REINA, ALLÍ VIVE:
MI HACEDOR,
MI JUEZ,
MI DEFENSOR!
AQUÉL QUE BIEN
ME CONOCE…
QUE ME AMA
Y ME COMPRENDE:
¡EL DIOS TODO PODEROSO;
EL DIOS QUE TODO LO VE!
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